Nuestro querido compañero Paul Naschy falleció la noche del 1 de diciembre en Madrid, víctima de un cáncer contra el que luchó durante años, al que no consiguió vencer a pesar de su gran fortaleza física. Esa fortaleza con la que fue campeón español de Halterofilia en siete ocasiones, y que le llevó, junto con su amor por la imaginación y su talento, a encarnar personajes de cine tan mitológicos y míticos como el hombre lobo, Drácula o Frankenstein. Aunque Jacinto Álvarez Molina era arquitecto, pudo más su pasión por el cine, que alimentó su rica imaginación en su niñez y adolescencia, especialmente el cine de género fantástico y de terror. Comenzó a trabajar como extra en producciones extranjeras que se rodaban en España, y fue haciendo pequeños papeles. En 1967 conseguiría su papel protagonista en La Marca del Hombre Lobo, de Enrique López Eguiluz: fue un éxito rotundo que traspasó nuestras fronteras. Volvió a interpretar al Doctor Waldermar Daninsky en títulos como La noche de Walpurgis, de León Klimovsky oEl Retorno del Hombre Lobo, dirigida por él mismo. Pero su legado no se limita a esos personajes que se han grabado en nuestro imaginario colectivo (y que no es poco). Además ha sido una figura importantísima para la industria del cine español, escritor de 40 guiones, director de 14 películas, actor en casi 100, y conocido y admirado en países como EEUU y Japón (en este último además rodó películas de género fantástico y documentales sobre cultura española durante 6 años). El próximo 22 de enero se estrena La Herencia Waldemar, donde podremos disfrutar de su última interpretación.
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